Belleza y salud en una boca no tienen por qué ir siempre de la mano. De hecho es fácil encontrar sonrisas imperfectas pero completamente sanas, o tratamientos estéticos dentales que se realizan solamente para lucir nuestro mejor aspecto. Sin embargo hay un caso en que el vínculo entre estética y salud suele ser muy fuerte: se trata del problema de la retracción de las encías. ¿En qué consiste esta patología y por qué se origina? ¿Tiene solución?
La retracción de las encías es una patología consistente en la pérdida de encía o de hueso alrededor de los dientes, la cual deja la raíz de las piezas dentales al descubierto. El desgaste de la encía crea el efecto visual de que los dientes son más largos de lo habitual, pero como decíamos al principio, no se trata de un problema solamente estético sino una cuestión de salud. Como consecuencia de la retracción gingival pueden sufrirse los siguientes efectos:
- Intensificación de la sensibilidad dental. Al reducirse la encía alrededor del diente, la raíz queda mucho más expuesta, por lo que pueden resultar molestas ciertas acciones que realizamos a diario: ingerir alimentos o líquidos que estén calientes o especialmente fríos, el contacto con instrumentos metálicos como los cubiertos al comer, o incluso el roce del aire frío al respirar.
- Aumento del riesgo de padecer caries. El llamado “cemento radicular”, que rodea la raíz del diente, es un tejido muy vulnerable a la caries y cuando éste se daña resulta muy dificultoso el procedo de restaurarlo.
- Desarrollo de trastornos subjetivos. Como consecuencia del problema estético derivado de la retracción gingival, puede que las personas que lo padezcan desarrollen algún tipo de pequeño complejo. Estos pueden ir desde no abrir demasiado la boca o limitar la sonrisa, hasta llegar a provocar cambios en el tono de voz, depresión nerviosa y ansiedad en la relación con los demás.
Causas de la retracción de encías
¿Pero por qué las encías empiezan a desgastarse? Las causas pueden ser varias y estar relacionadas entre sí:
- Un cepillado demasiado agresivo.
- No tratar a tiempo una gingivitis o periodontitis (inflamación de las encías por acumulación de placa bacteriana).
- Una mala oclusión o malposición dentaria.
- El apretamiento involuntario entre los dientes (bruxismo).
Llevar un piercing en la boca. Un estudio publicado en el Journal of Periodontology apunta que este efecto secundario empieza a evidenciarse tras dos años de colocarse el pendiente. Otra investigación del Dental Traumatology afirma que la incidencia de la retracción de las encías en personas con piercing en la boca es de 1 de cada 3. Consulta en otro de nuestros posts los problemas e inconvenientes de llevar piercings en la boca.
¿Qué soluciones tiene la retracción gingival? ¿Puede recuperarse su estado original?
La mala noticia es que la encía no vuelve a crecer, pero el problema tiene solución. El problema estético y sus efectos secundarios perjudiciales pueden corregirse mediante técnicas de microcirugía periodontal. La intervención consiste en realizar un injerto gingival para cubrir la encía, usando o bien un biomaterial llamado matriz dérmica acelular, o bien reutilizando los propios tejidos del paciente.
Antes del tratamiento microquirúrgico, el profesional odontológico deberá analizar el estado de las encías del paciente y cuál es la causa que ha provocado la recesión. Con esta información se abordará primero el factor causal de la patología, y posteriormente se hará la intervención del injerto gingival. Como en la mayoría de este tipo de afecciones, la mejor solución es la prevención, evitando las prácticas causantes de la retracción de las encías, y un rápido diagnóstico en cuanto se detecten los primeros síntomas del problema.
