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Desde que somos pequeños se nos ha enseñado que el azúcar es uno de los principales enemigos de nuestra salud dental.  No obstante, los daños van mucho más allá de los problemas que se puedan generar en la boca. El azúcar es un aditivo que se encuentra en la mayoría de los alimentos que consumimos, escondido bajo diferentes nombres y nomenclaturas en las etiquetas de los productos procesados que compramos en el supermercado (caldos de verduras, zumos que aparentemente son naturales y sin azúcares, los cereales de nuestro desayuno, harinas…). Este aditivo se utiliza para mejorar el sabor de los mismos, pero a nivel general genera un impacto muy negativo en el equilibrio de la salud de nuestro cuerpo.

¿Sabías que por solo 15 calorías extra en tu café con leche matutino, tu sistema inmunológico se debilita?

Es una realidad que un elevado consumo de azúcar es el culpable de la mayoría de las enfermedades crónicas que asedian la salud general de nuestra sociedad. Hablamos de la Diabetes, de la Obesidad, del Alzheimer, de la Hipertensión, entre otras. En materia de salud dental, el azúcar genera caries que, a su vez, también genera placa/sarro, que inflama las encías y que, si no se remedia, puede llevar a problemas más graves como es la pérdida de piezas dentales o de recesión gingival.

Aparte de esto, ¿no te ha pasado que cuando ingieres azúcar, se te reducen las ganas de ingerir alimentos nutritivos? Además, numerosos estudios científicos señalan que a la que ingerimos azúcar, el sistema inmunológico se debilita, posibilitando el impacto malicioso de gérmenes, virus y demás.

Consumir azúcar genera adicción, un envejecimiento prematuro y promueve cáncer

Existe una relación entre la adicción y el consumo de azúcar, según han demostrado numerosos estudios. Hasta uno mismo puede darse cuenta: si cada día nos vamos echando un poquito más de azúcar al café, no podremos volver al mismo punto del que partíamos, ya que el café nos sabrá muy fuerte y no nos gustará. De la misma manera: si nos acostumbramos a ingerir diariamente ciertos alimentos que poseen una elevada cantidad de azúcar y luego los cortamos de nuestra dieta de un plumazo, en nuestro organismo se generará un mono, una dependencia y deseo extremo de consumirla.

El azúcar ha demostrado generar un resultado muy negativo cuando se mezcla con el colágeno. Uno de los efectos más perjudiciales son hinchazón en las arterias, dolor articular, músculos sin cada ves más flácidos y en general, una calidad de la piel muy por debajo de lo normal.

No obstante, un Premio Nobel de Medicina se ganó al descubrirse que la producción de células cancerígenas aumentaba al existir un incremento en el consumo de sacarosa.

¿El azúcar moreno es más sano que el blanco: mito o realidad?

No dejes que te engañen: el azúcar moreno es igual que el azúcar blanco. La diferencia es que el primero tendrá menos procesamiento o refinamiento que el otro, pero ambos son considerados azúcares y, por tanto, son perjudiciales para la salud, siendo este último sintetizada de forma artificial.

Ningún azúcar contiene las vitaminas y minerales necesarias para el correcto funcionamiento de los procesos del cuerpo, este solamente se encargaría de aportar un sabor más dulce que engañaría al cerebro y le obligaría a consumir más debido a su capacidad adictiva.

Comprométete a tu salud y controla tu consumo de azúcar

Ahora que ya conocemos los múltiples impactos negativos del consumo del azúcar, solamente nos queda tomar cartas sobre el asunto para proteger nuestro cuerpo y, nuestra vida.

Como profesionales médicos, te damos unas recomendaciones para que tengas en cuenta a la hora de mejorar tu calidad de vida si decides reducir tu consumo de azúcar.

  • Lo más importante de todo es seguir una dieta variada y saludable, con todos los nutrientes que necesitas para funcionar correctamente cada día de tu vida.
  • Evita los picoteos y los alimentos procesados, con azúcares y lee las etiquetas nutricionales. Hay aplicaciones que, con solo escanear el código de barras de los productos, te da una puntuación total del producto en base a sus ingredientes (indicándote niveles de azúcar que tienen).
  • Protege tus dientes del azúcar cepillándolo tres veces al día, durante dos minutos, con el cepillo y dentífrico adecuado.
  • Visita a tu dentista al menos dos veces al año.

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Por último, te recomendamos ver casos reales de antes y después de dejar la ingesta de azúcar. ¡Los cambios te sorprenderán muchísimo!

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