Reproducimos el artículo que nos dedicó la revista Consalud.es, en relación al estudio que dedicamos al peligro que corre nuestra dentadura si nos sometemos a dietas exprés o milagrosas, y es que las dietas pueden dañar tu salud bucodental.
Los meses previos al verano es la época del año en la que una mayor cantidad de personas se proponen perder un poco de peso y recuperar la silueta. Sin embargo, según la doctora Curull, de Clínica Curull, »se debe ser consciente de las complicaciones que puede suponer el reducir o privar al organismo de ciertos nutrientes esenciales para su funcionamiento. Y, cómo puede afectar al funcionamiento de determinados órganos como pueden ser los dientes y encías».
Por ello, la Clínica Curull advierte de los graves riesgos para el organismo de las denominadas dietas exprés y, en concreto, sobre sus efectos en la salud bucodental.
En este sentido, la relación entre salud bucodental y alimentación es para la doctora Curull, »mucho más importante de lo que se puede pensar en un primer momento. Una relación cíclica porque en la boca es, precisamente, el lugar en el que comienza la digestión. Así, los dientes y encías no solo requieren de nutrientes, como el resto de órganos del cuerpo, para mantenerse sanos y fuertes. Sino que, además, juegan un papel fundamental en su producción. Mediante la masticación y la posterior salivación inician la descomposición química de los alimentos para obtener los recursos necesarios para su correcto funcionamiento».
Por este motivo, es fundamental que la dieta elegida sea equilibrada, que contenga alimentos de todos los grupos alimenticios y que sea rica, sobre todo, en calcio, fósforo, fibra, y vitaminas A, C, B2, B3 o B12. »Comer de todo, pero quizá en menor cantidad», añade la doctora.
Dietas poco saludables
Asimismo, durante los últimos años se ha extendido la práctica de dietas, poco saludables, que prescinde de alguno de los grupos de alimentos o que, concentra toda la ingesta de calorías en solo uno. Así, podemos encontrar dietas pobres en proteínas como la piña, la alcachofa o la de la pasta; bajas en grasas; o, por el contrario, otras ricas en proteínas como la Dukan, la Atkins, la Montignac, o las disociadas. Todas tienen algo en común, y es que prescinden de algunos de los nutrientes básicos necesarios para el correcto funcionamiento del organismo y, por supuesto, también de los dientes y encías.
Así pues, algunas de las dietas exprés más habituales pueden interferir en la absorción de vitaminas solubles en grasa, como la vitamina D, que es especialmente importante para la salud bucal ya que es necesaria para la absorción de calcio. Además, la ingesta de grasa contribuye a la producción de dopamina que mejora el estado de ánimo y la ausencia de ácidos grasos como los Omega3 pueden aumentar los índices de estrés y ansiedad dando lugar a bruxismo.
También, estas dietas pueden causar mal aliento. La cetosis es uno de los síntomas más claros de las dietas bajas en hidratos de carbono y la manifestación de que el organismo está quemando grasas en su lugar es un aliento similar al olor de la acetona.
De igual modo, puede acarrear un déficit vitamínico que puede ocasionar una reducción de la salivación, incremento de las infecciones, aparición de llagas o alteración del sentido del gusto.
Dietas que ponen en peligro la salud bucal
Además, en términos generales, pueden condicionar la respuesta antiinflamatoria, favorecer el desarrollo de gingivitis y periodontitis, afectar al sistema inmunológico favoreciendo la aparición de infecciones, o dificultar la absorción del calcio que da estructura y fijación a los dientes, entre otras patologías.
De este modo, para la doctora Curull nunca debe faltar en la alimentación, sea cual sea la dieta que se siga, para tener unos dientes sanos y fuertes, »calcio, vitamina A, B, C y, sobre todo D, y minerales esenciales como fósforo o flúor». Se trata, por tanto, de seguir una »dieta variada, sana y natural, en la que estén representados todos los grupos de alimentos, como puede ser la Mediterránea, y en la que los siguientes productos sean los protagonistas: lácteos, carnes, huevos, legumbres, pescados, frutas y verduras», explica la doctora.
Para finalizar, un último consejo es mantener la boca siempre bien hidratada. Beber, al menos, dos litros de agua diarios y, si es posible, sustituirlo en alguna ocasión por té verde. Esta infusión también aporta beneficios para la salud bucodental. Se trata de un poderoso antioxidante que combate las bacterias y evita la aparición de placa. Además, no hay que olvidar que, al igual que hay alimentos que ayudan a tener unos dientes más sanos y fuertes, hay otros que conviene evitar como patatas fritas, dulces, refrescos, café, vinagres y encurtidos o algunas salsas.